sábado, 31 de diciembre de 2016

Resumen pajarero del 2016

Este año no hubo casi tiempo de escribir nada, ni modo... sin embargo aquí coloco un resumen por mes de lo que (pajareramente) viví en el 2016

Enero: mes de lifers (que ya predecía la sequía liferesca que vendría después) pero algunos de ellos, o más bien todos, fueron especies que hace tiempo deseaba ver con muchas ganas

  • 6 de enero: Vermivora chrysoptera
  • 9 de enero: Athene cunicularia
  • 18 de enero: Bubo virginianus
  • 20 de enero: Vireolanius melitophrys
Febrero: Me perdí en un bosque de pino-encino tratando de localizar algunas buenas especies para Veracruz, pero obtuve una buena foto de Eugenes fulgens

Marzo: Hablando de aves en el Festival de Aves y Humedales en La Mancha (algo como esto) encontramos un Nyctibius jamaicensis despierto, un espectáculo un poco sobrecogedor (ademas de un Asio clamator muuuy lejos llamando)

Abril: Pocas salidas, no lifers, ¡pero vamos! quien puede estar triste cuando encuentra un Amazona oratrix en una práctica de campo con la escuela

Mayo: Esto se pone interesante, hubo dos lifers


  • Chlidonias niger en Xalapa 
  • Finalmente cayó Toxostoma curvirostre
  • Y de paso, Dendrocygna bicolor
Regresamos a Los Tuxtlas: conocí a Chicutajpi (Pseudastur albicollis) y a muchos otros viejos conocidos por su nombre popoluca, entendí el sabor de la tierra y del bosque viejo antaño interminable. Sigo siendo presa del encanto

Rhamphocelus sanguinolentus: ave con el nombre popoluca más largo que conocí

Junio: No demasiado pajareo, fue tiempo de dibujos de plantas, ¡pero oye! un Vireo flavoviridis en su territorio de anidación nunca se desprecia

Julio: Nada de importancia realmente, pero es que nos estábamos preparando para

Agosto: ¡Madre mía! jamás vi tanta gente hablando de pájaros al mismo tiempo: North American Ornithological Conference (ver aquí primera parte) y bastantes lifers
Quien esto escribe (derecha) junto con Gustavo Contreras, mi fiel compañero de muchas pajareadas y Ernesto Ruelas Inzunza, nuestro sabio sensei

  • Branta canadensis
  • Corvus brachyrhynchos
  • Quiscalus quiscula
  • Cyanocitta cristata
  • Strix varia
  • Melanerpes carolinus
  • Picoides pubescens
  • Baeolophus bicolor
  • Spinus tristis
  • Anas platyrhynchos
  • Dryocopus piletus
  • Larus delawerensis
Septiembre: Dos lifers
  •  Limnothlypis swainsoni (no foto, solo bosquejo, lástima) 
  • Selasphorus rufus: ni foto ni bosquejo, ¡pero bien bonito!


Pajareada con los amigos de Aves de México muuuy buenas especies, y como trescientas en total (creo)

Octubre: Un mes muy raro, tuve un intento frustrado de hallar finalmente a Xenospiza baileyi que no por ello dejó de ser menos interesante, regresé a Santa Gertrudis a encontrarme con Amazona viridigenalis y a ver que nos depara el 2017 con ella. 

Noviembre: ¿que hice en Noviembre? no mucho, creo... pero es que había que recargar pilas para

Diciembre: Cerrando bastante bien el año, con tres conteos navideños (dos en Chiapas y uno en Veracruz)

Conteo en el centro de Veracruz

Conteo en el cañón del Sumidero

Aparte del acostumbrado traqueteo del viaje, las andanzas sobre la sierra y la comida de dudosa procedencia pero indiscutible sabor, hallé seis lifers

  • Setophaga graciae
  • Pachyramphus major
  • Amazilia viridifrons
  • Xenotriccus callizonus
  • Granatellus venustus
  • Melanotis hypoleucus


Finalmente, este año también pudimos hacer muchos dibujos (de aves y de plantas) algunos versos, y muchas historias que atraviesan del corazón del monte a las aves y un tantito más allá, ahora habrá que ver que nos depara el próximo año, que a como pintan las cosas (nunca mejor dicho), creo que será interesante

Catharus dryas, algo de lo que dibujamos este año


Yo fui armado caballero
Por los seres de los montes
Y traigo como escudero
Un jilguero y un cenzontle
Y un pájaro carpintero




sábado, 27 de agosto de 2016

NAOC IV (episodio I, el ataque de los lifers)

El que lee mucho y viaja mucho, ve mucho y sabe mucho... Y pajarea mucho
Miguel de Cervantes ft. El Chivizcoyo

Melanerpes carolinus, ¡nueva especie para mi!

Cuando uno ha sido un bicho raro obsesionado desde niño con algún tema (en mi caso, las aves) hablar de ello se convierte en una especialidad, pero, ¿podrías pasar una semana entera hablando sobre tu preciado interés? la respuesta en mi caso es si: ¿donde? en el NAOC (la abreviación de North American Ornithological Conference) que fue el punto de reunión de poco más de dos mil personas que tienen que ver con algún aspecto del estudio de las aves: es un evento que se celebra cada cuatro años, esta vez la sede fue Washington DC. y duró cinco días; cinco días hablando de pájaros, pensando en pájaros, viviendo de pájaros... respirando pájaros, y sobre todo conociendo gente que, igual que yo, tiene pájaros en la cabeza.


Después de muchas idas y venidas, conseguimos el apoyo suficiente para brincar la frontera y llegar a la reunión el 16 de agosto en algún momento de la mañana después de varias horas de vuelo, ahí estábamos como tecolotes medio dormidos: Ernesto Ruelas, nuestro profesor y artífice detrás de este viaje, Nidia Arriaga, nuestra aprendiz recién iniciada en el camino de los pájaros, Gustavo Contreras, mi joven padawan que ha logrado comenzar a desenmarañar los secretos del pajareo, y por supuesto el Chivizcoyo que esto escribe.
El primer pájaro que pude encontrar inmediatamente saliendo del aeropuerto fue un Sturnus vulgaris; especie invasora del viejo mundo... hubiera preferido ver otra cosa primero, pero que le vamos a hacer. Eso si, la siguiente ave que vi fue primero un bulto negro acercandose desde el horizonte mientras ibamos al hotel, y cuando estuvo suficientemente cerca me pude dar cuenta que era un Branta canadensis, especie aparentemente común aquí, pero que nunca había visto antes, más tarde otros dos bultos negros aparecieron frente a mí, uno más grande que otro, y los dos eran nuevas especies para mí, Corvus brachyrhynchos y Quiscalus quiscula respectivamente.
Una vez adentro del hotel sede las cosas se pusieron interesantes, cada quien tuvo su gafete con nombre y procedencia, y era divertido recorrer el lugar leyendo los nombres inscritos allí; había gente de Argentina, Colombia, Perú, bastantes islas del Caribe, creo que vi a alguien de África, Japón, Estados Unidos, Canadá y México ¿y saben una cosa? todos, absolutamente todos hablaban de aves.
Ese mismo día asistí a una plenaria sobre la conservación de las aves a través del continente americano y fue muy interesante conocer varias de las maneras en las que se esfuerza la gente (tan común como tu que lees esto o yo que lo escribo) por conservar y proteger a las aves en sus múltiples hábitats, y como en México la participación de los científicos con las comunidades es esencial para asegurar la continuidad de las especies, y cosa muy importante mantener a los gatos encerrados. 
Strix varia (foto horrible)

Al día siguiente salí temprano con Gustavo a un tour de observación de aves dentro de un parque urbano llamado Rock Creek Park: una pequeña reserva que mantiene un poco de bosque caducifolio y también algunas especies de aves que no he visto. Y así nada más llegando, nuestro guía nos comentó que había un Strix varia cerca y que había estado llamando minutos antes de que llegáramos: y ahí va toda la banda pajareara a buscarlo, pero antes de que apareciera sobre mi cabeza pasaron volando unos cigarros con alas; Chaetura pelagica, una especie que había tratado de encontrar en Mpexico pero su parecido con otra especie muy común (Chaetura vauxi) y la falta de una observación confiable, hicieron que a tres mil kilómetros de mi casa, viera una especie que seguramente ha pasado sobre mi cabeza unas cuantas veces.

Aquí los cardenales parecen ser mucho más comunes que en donde yo vivo, aquí el sotobosque prácticamente no existe, y por ese invisible sotobosque pasó volando un ave enorme con alas cortas y un vuelo de algodón. Se fue a perchar en un encino... y allí estaba mi búho, una especie que también debería poder hallar en México, pero que nunca he podido hallar (pero que algún día lo haré). En fin, seguimos caminando y en un tronco muerto veo un Melanerpes carolinus, pariente de mi querido Melanerpes aurifrons, y bastante similar. 
Yo estoy acostumbrado a ver a los Turdus migratorius en bosques de pino, pero aquí viven bajo las grandes hojas de los Platanus, junto con los Poecile carolinensis y Baeolophus bicolor, los cuales también tienen su contraparte ecológica donde yo vivo. Y allí también encuentro un Picoides pubescens, un carpintero pequeñisimo que me pareció muy chistoso ¡es realmente diminuto! y por ahí venian las Sitta carolinensis, Polioptila caerulea, Spinus tristis, algunos Colaptes auratus, y mucha buena compañía pajarera (aunque todo en inglés, claro está).
el joven gustavo, saboreando su lifer

Eventualmente regresamos a la sede de la conferencia pero antes de que pudiera darme cuenta ya estaba trepado en otro tour para visitar un lugar llamado Patuxent Wildlife Refuge, y después de 45 minutos de carretera y tráfico llegamos al lugar, donde me enteré que ese lugar vio nacer el proyecto de reintroducción de Grus americana, y pude verlas en sus corrales de cría, comiendo y llamando como debieron hacerlo durante milenios en las praderas de Norteamérica. Pero no solo eso se hace allí en Patuxent; luego fuimos a visitar una colonia de patos que tienen para estudiarlos, y ahí había varias especies que siempre he querido ver en libertad: Clangula hyemalis, tres especies de Melannitta, Aythya, y una Gavia stellata (que no es un pato pero es genial) que son utilizados para probar nuevos métodos de rastreo para estas especies que pasan mucho tiempo bajo el agua. En este mismo sitio también hay un criadero de Falco sparverius y Otus asio que son usados para investigar potenciales efectos nocivos de algunas sustancias sobre el organismo de las rapaces, y allí en Patuxent coincidí con Richard Erickson, que ha trabadado durante algún tiempo en Baja California, y de quien había oído hablar, pero nunca había conocido, fue una buena reunión platicando de aves mexicanas (además de que me ayudó a identificar mi lifer Anas platyrhynchos).


Un humedal en Patuxent (con patos)
Gavia stellata
Grus americana

Esa misma tarde fue mi plática de cinco minutos sobre como organizar y mantener grupos de estudiantes para investigación a largo plazo, esta ha sido mi primera plática en inglés, y fue un poco intimidante, pero creo que todo salió bien, pues, así como en español, las palabras fluyen y el verdadero lenguaje habla de aves...

(fin del episodio I)

martes, 4 de agosto de 2015

Los secretos de La Cañada Oaxaqueña y el retorno al semidesierto

Vuela vuela vuela
Vuelve, te lo pido
A pintar con tus colores
Mi cielo descolorido

La reserva de la biósfera Tehuacán-Cuicatlán atraviesa los estados de Puebla y Oaxaca, en ella podemos encontrar  matorrales semidesérticos, selva baja caducifolia y bosques de pino y encino, y entre todos estos tipos de vegetación también podemos ver guacamayas, en un sitio muy especial de la cañada oaxaqueña.

El COAX (Club de Observadores de Aves de Xalapa) ha ido varias veces a observar las Guacamayas Verdes (Ara militaris) pero hace algunos años que no habíamos ido, pero este 31 de julio y 1 y 2 de agosto la desquitamos y fuimos a verlas, claro, con una parada estratégica en el Jardín Botánico Helia Bravo Hollis en Zapotitlán Salinas, Puebla.

Neobuxbaumiotototota, y nuestro guía
Salimos seis personas desde Xalapa (y otras tres nos alcanzarían desde la Ciudad de México) con rumbo hacia Zapotitlán Salinas y su jardín botánico, nombrado en honor a la investigadora Helia Bravo Hollis que trabajó muchos años con las cactáceas de México, y este jardín está repleto de ellas, desde los enormes Tetechos y Viejitos (Neobuxbaumia tetetzo y Cephalocereus columna-trajani) hasta las pequeñas pero no menos bonitas Mamillarias, pasando por las Biznagas (Ferocactus, Echinocactus) y Garambullos  (Myrtillocactus) y en este hábitat lleno de espinas y plantas caducifolias se han adaptado diversas especies de aves muy interesantes.

Llegamos al Jardín Botánico de Zapotitlán como a las 2 de la tarde, hacía mucho calor para nosotros [y para las aves] así que nos dirigimos a las cabañas donde dormiremos esa noche: conforme baja el sol aparecen las Matracas (Campylorhynchus jocosus) enfrente de la cabaña: también un Aguililla Aura (Buteo albonotatus) pasa volando y los Zopilotes Aura (Cathartes aura) y Negro (Coragyps atratus) andan planeando muy arriba de nosotros, una vez que el sol ha bajado lo suficiente vamos a la entrada del jardín a encontrarnos con nuestro guía, Maurino Reyes, que es un guía comunitario en el Jardín Botánico y tiene bastante conocimiento de las plantas y animales de la región, así como sus usos tradicionales y sus nombres: de tal modo que las Matracas no son matracas, sino Pishishe, los Cuitlacoches, Cuicuite, los Picogordos amarillos, Bionchi, el Trogón Elegante es Coxicoa y los Pájaros Carpinteros son Tambos [De momento y  mientras estemos en Zapotitlán, los llamaré así, por su nombre en lengua Popoloca]

el valle de Zapotitlán
Coragyps atratus
Caminamos en el jardín, por entre los sotolines (Beaucarnea gracilis) y encontramos un Colmenero (Myiarchus tyrannulus) a un lado del camino, también se hacen presentes en grandes cantidades los Tambos, así le dicen aquí a los carpinteros, porque tamborilean (Melanerpes hypopolius) y el Gorrión Embridado (Peucaea mystacalis) los Cuicuites (Toxostoma curvirostre) andan por el suelo buscando comida y enfrente de nosotros hay un Sotolín enorme, probablemente de 900 años, tal vez el más grande la reserva: es una cosa notoria y digna de verse, pero hay más aves, y pasa volando un Caracara (Caracara cheriway) y los Zopilotes negros llegan a su dormidero en grandes cantidades, nos acercamos un poco para verlos y allí están al menos cien zopilotes parados cada uno en su cactus preferencial, listos para pasar la noche, porque el sol ya se está ocultando, pero todavía alcanzamos a ver un Halcón Peregrino (Falco peregrinus) y unas Perlitas de Ceja Blanca (Polioptila albiloris). Ya cuando anochece por completo el Mochuelo Duende (Micrathene witheyi) canta entre los cactus, pero no lo podemos ni ver.

Melanerpes hypopolius
A la mañana siguiente yo me despierto muy temprano para ver si puedo cachar algún búho: hay una pareja de Buhos Cornudos (Bubo virginianus) que está llamando relativamente cerca, pero tampoco se dejan ver. Con los primeros rayos del sol comienzan a llamar los Cuicuites y los Tambos: regreso apresuradamente por mi café de olla y pan dulce para comenzar a pajarear, veo un Capulinero Negro (Phainopepla nitens) perchado muy lejos y ya con el grupo vemos y escuchamos otra especie de Tambo (Colaptes auratus) y un poco más lejos al Cenzontle (Mimus polyglottos) y muchas, muchísimas Palomas Tehuacaneras (Zenaida asiatica) y de repente una Coxicoa (Trogon elegans) parada en un matorral, pocos la pueden ver pero allí estaba.

Llegamos al lecho del río Zapotitlán y allí andan revoloteando las Golondrinas Tijeretas (Hirundo rustica) también están los Chivirines, de Cañón (Catherpes mexicanus) y Roquero (Salpinctes obsoletus) y los Mosqueros, Cardenalito (Pyrocephalus rubinus) y Negro (Sayornis nigricans) andan buscando insectos voladores cerca del pequeño cauce del río, luego tomamos el camino de regreso que pasa por una zona más arbolada [y llena de mosquitos] y allí puedo ver fugazmente un Momoto (Momotus mexicanus) que se desliza entre los árboles y que no vuelvo a encontrar, aunque lo busco.
Ya es un poco tarde y van llegando nuestros compañeros que vienen del Defe [alias: Ciudad de México] pero antes de que lleguen todavía puedo ver a un Alcaudón Verdugo (Lanius ludovicianus) y una vez que han llegado buscamos algunas aves, pero ya es tarde, hace calor, hace hambre y tenemos que llegar a Santa María Tecomavaca para ver Guacamayas, así que empacamos las cosas y vamos a comer a un recomendable restaurante en Zapotitlán donde sirven comida tradicional, insectos e inflorescencias de cactus, un buen aporte energético para la caminata que nos aguarda.

El cañón del Sabino
Después de 3 horas y varios kilómetros en carretera, llegamos al pueblo de Santa María Tecomavaca, en los terrenos comunales de este lugar existe un cañón cortado por el río Sabino, y en las paredes del cañón habitan las guacamayas, aproximadamente unas cien viven allí y son cuidadas y muy queridas por los pobladores de Tecomavaca.

En la base del cañón hay dos cabañas, donde pasamos la noche, pero, antes de pensar en descansar hay que subir a ver a las guacas, así que dejamos las cosas y subimos: aquí estamos en un hábitat distinto al de Zapotitlán; es Selva Baja Caducifolia, es ligeramente más húmedo y hay árboles de distintas clases coexistiendo con grandes cactáceas columnares, y también hay distintas aves.

Comenzamos a subir guíados por Rafael, un guía comunitario que nos va explicando un poco acerca de las guacamayas y lo que hace la gente para cuidarlas: la gente de la región había sabido desde hace mucho tiempo que estas aves estaban allí, en la barranca, pero para los ornitólogos, esa población había pasado desapercibida hasta hace relativamente poco tiempo, incluso después de que la zona se decretara parte de la reserva de la biósfera Tehuacán-Cuicatlán nadie supo que había guacamayas allí hasta hace unos diez años, pero desde entonces sabemos que una población saludable de Guacamayas Verdes se encuentra en esta zona del estado de Oaxaca.

La subida al borde del cañón donde se ven las guacamayas es un poco exigente, pero aún así se puede pajarear, escucho y veo a un Copetoncito (Vireo hypochryseus) como le llaman aquí, también unos Cacalotes (Corvus corax) pasan volando: es interesante que la palabra Cacalote viene de Cacalotl, que es la palabra náhuatl para Cuervo, siendo que es una zona donde los grupos indígenas principales son los Mixes y Mazatecos, es parte del pasado de conquistas de los Mexicas, finalmente: hay historia hasta en los pájaros.
Plumeria o Cacalosúchil

Llegamos hasta la parte de arriba del cañón, y los más cansados se quedan en el primer mirador para ver a las guacamayas volando, mientras que algunos que todavía aguantamos, seguimos caminando para verlas desde otro punto de vista. Finalmente, se abre frente a nosotros el Cañón del Sabino (o Cañón Alas Verdes, como también es llamado). Piedra cortada por el agua en cientos de miles de años, y sobre las paredes de piedra, algunas plantas de Cacalosúchil (Plumeria sp.) Agaves y Bromelias han ido creciendo, a lo lejos el trazo de la piedra dirige los ojos a las montañas más distantes, donde hay bosque de pino y encino [y donde está Huautla de Jiménez: algunos comprenderán la referencia] y la Reserva de la Biosfera Tehuacán-Cuicatlán se destiende ante mis pies, y el monte mismo parece regalarnos sus joyas con plumas: desde lejos se vienen oyendo y sus colores que reflejan la luz del atardecer contrastan con la piedra del cañón que ya está en sombras, esas son las guacamayas verdes, las que venimos a ver.


Vemos unas veinticinco guacamayas, viajando como siempre, en parejas, algunas perchan en las ramas junto al cañón y otras se pierden en las oquedades de las paredes, donde tienen sus nidos, pero en vuelo ellas despliegan todo su colorido, azul y rojo en la cola, azul y verde en las alas y una manchita roja en la frente, más allá de su colorido y su escándalo, son aves muy interesantes porque tienen una estructura social compleja [con relaciones de parentesco entre tios, sobrinos, hermanos, y hasta el vecino chismoso] y pueden dispersarse muchos kilómetros desde su sitio de anidación, en fin, son seres de lo más curiosos.

Los cerros frente al cañón: hasta allí se desplazan las guacamayas

Bajamos del cañón y mientras bajamos anochece, y mientras anochece el guía me cuenta las historias de los chaneques que pierden a la gente en el monte, hay que estar atentos, no vaya a ser que no lleguemos a las cabañas… pero afortunadamente no nos pierden los chaneques y llegamos abajo cuando ya está oscuro, allí cenamos y nos acompaña un zorro gris (Urocyon cinereoargenteus) que está acostumbrado a la presencia humana.

El cañón con las primeras luces

A la mañana siguiente algunos vuelven a subir para ver la salida de las guacamayas con el amanecer, otros están muy cansados para pararse temprano, y yo, yo quiero encontrar búhos y tapacaminos porque no he tenido ningún lifer en este viaje, así que a la misma hora que salen los que van a ver guacamayas al borde de la barranca yo tomo el camino principal y bajo buscando algún tapacamino o búho que se deje ver, pero nada, no hay éxito, parece que en este viaje me quedé sin lifers, ni modo, hay que seguir pajareando una vez que comienza a salir el sol: los Momotos cantan sorpresivamente por todos lados, también se hacen presentes los Colorines Morados (Passerina versicolor) y escucho mi primer ave migratoria de la temporada, un Empidonax que no me atrevo a identificar: aparte de ellos hay bastantes Perlitas Ceja Blanca, Chipes de Gorra Rufa (Basileuterus rufifrons) y los Trogones [antes nombrados Coxicoa en este blog, pero ya no estamos en zona popoloca, así que regresamos a los nombres más conocidos] (Trogon elegans) cantan a todo lo que da y algunos aparecen cerca del camino, hay un macho que canta cerca y otros más en la distancia, y más o menos por ese momento me encuentro con las compañeras que ya no quisieron subir de nuevo a la parte alta de la barranca y que decidieron salir a pajarear un poco, pero incluso desde allí abajo podemos ver y escuchar a las guacamayas, unas cincuenta que salen de la barranca iluminada por los rayos del sol y se dirigen a sus sitios de alimentación en los cerros cercanos.
Trogon elegans

Conforme caminamos de regreso hacia las cabañas el calor se va haciendo más intenso y requerimos sombra: y también los pájaros la buscan, así que cerca del lecho del río podemos encontrar a un Cuco Ardilla (Piaya Cayana) al Mosquero Vientre Amarillo (Myiodynastes luteiventris) y al migratorio Chipe Arroyero (Parkesia motacilla) además de un juvenil de Aguililla Cola Roja (Buteo jamaicensis) que anda buscando a sus padres en las paredes del cañón, también hay por allí un Momoto que se refugia en la sombra de los árboles, pero ya no hay mucho más.

Finalmente los compañeros que habían subido a ver las guacamayas regresan satisfechos (y asoleados) listos para comer unas buenas gorditas con queso y necesario café: mientras tomamos nuestra última comida allí, Rafael, el guía nos explica que la región de la Cañada Oaxaqueña no ha sido muy promocionada turísticamente, que la gente no sabe ni que hay allí, y que por lo tanto no llegan recursos del gobierno para fomentar el turismo como se hace, por ejemplo con las zonas costeras del estado. Sin embargo los esfuerzos de la gente de las comunidades por dar a conocer la zona y lo que encierra continúan, para que no se pierdan ni las historias ni las aves de las zonas semidesérticas de México.



aquí la lista de las especies vistas y escuchadas en los dos sitios

1             West Mexican Chachalaca - Ortalis poliocephala
2             Black Vulture - Coragyps atratus

3             Turkey Vulture - Cathartes aura
4             Zone-tailed Hawk - Buteo albonotatus
5             Red-tailed Hawk - Buteo jamaicensis

6             Inca Dove - Columbina inca
7             Common Ground-Dove - Columbina passerina
8             Ruddy Ground-Dove - Columbina talpacoti
9             White-tipped Dove - Leptotila verreauxi
10           White-winged Dove - Zenaida asiatica

11           Mourning Dove - Zenaida macroura
12           Squirrel Cuckoo - Piaya cayana
13           Great Horned Owl - Bubo virginianus
14           Elf Owl - Micrathene whitneyi
15           Ferruginous Pygmy-Owl - Glaucidium brasilianum
16           Black Swift - Cypseloides niger
17           Elegant Trogon - Trogon elegans

18           Russet-crowned Motmot - Momotus mexicanus
19           Gray-breasted Woodpecker - Melanerpes hypopolius

20           Ladder-backed Woodpecker - Picoides scalaris
21           Northern Flicker - Colaptes auratus

22           Military Macaw - Ara militaris

23           Northern Beardless-Tyrannulet - Camptostoma imberbe
24           Black Phoebe - Sayornis nigricans
25           Vermilion Flycatcher - Pyrocephalus rubinus
26           Alder Flycatcher - Empidonax alnorum
27           Dusky-capped Flycatcher - Myiarchus tuberculifer
28           Brown-crested Flycatcher - Myiarchus tyrannulus
29           Social Flycatcher - Myiozetetes similis
30           Sulphur-bellied Flycatcher - Myiodynastes luteiventris
31           Golden Vireo - Vireo hypochryseus
32           Common Raven - Corvus corax
33           Loggerhead Shrike - Lanius ludovicianus
34           Northern Rough-winged Swallow - Stelgidopteryx serripennis
35           Barn Swallow - Hirundo rustica
36           Rock Wren - Salpinctes obsoletus

37           Canyon Wren - Catherpes mexicanus
38           Boucard's Wren - Campylorhynchus jocosus

39           White-lored Gnatcatcher - Polioptila albiloris

40           Clay-colored Thrush - Turdus grayi
41           Rufous-backed Robin - Turdus rufopalliatus

42           Curve-billed Thrasher - Toxostoma curvirostre
43           Phainopepla - Phainopepla nitens

44           Louisiana Waterthrush - Parkesia motacilla
45           Rufous-capped Warbler - Basileuterus rufifrons
46           Bridled Sparrow - Peucaea mystacalis

47           Varied Bunting - Passerina versicolor

48           Streak-backed Oriole - Icterus pustulatus
49           House Finch - Haemorhous mexicanus
50           Lesser Goldfinch - Spinus psaltria

Creo que es un Myrtillocactus

Los cerros de Zapotitlán, con sus cactus columnares en la base
un bonito visitante nocturno
un visitante nocturno mas bonito aún

Los participantes de la salida, de Izquierda a derecha, John, Jane, yo merito, Alyson, Lorenia y Paulette [los del D.F Fransico, Carlos y Rosario llegaron al otro día y no tengo fotos de ellos]