El Triunfo; el hogar del Pavón... y de otras aves
Cuentos y aventuras de un pajarero mexicano
La reserva de la biósfera “El Triunfo” se ubica al sur del
estado mexicano de Chiapas, tiene aproximadamente 119,117 hectáreas, y es una
reserva de la biosfera desde 1990. Aunque tiene diversos tipos de hábitat, lo
más importante de este lugar, es el bosque de niebla…
Y a ese bosque de niebla tuve la oportunidad de ir durante
tres días (y un poco más) durante enero de 2013, con un grupo de biólogos e
investigadores del INECOL (instituto de ecología) para hacer un monitoreo del Pavón
Cornudo (Oreophasis derbianus) Pajuíl (Penelopina nigra) y Quetzal (Pharomacrus
moccino) y bueno, como yo soy un
observador de aves, aproveché el viaje para poder ver estas especies y algunas
más: ahora comparto mi experiencia…
Para llegar El Triunfo hay que pasar por distintos lugares,
el último pueblo por donde pasamos, se llama Jaltenango La Paz, y después, la
carretera de vuelve un camino de tierra y los árboles empiezan a hacerse más
grandes y vamos pasando poco a poco de un hábitat de selva baja a un bosque de
niebla, me doy cuenta de eso, porque los escurrimientos de agua son cada vez
más frecuentes y hay orquídeas en los árboles.
Después de un camino con muchas curvas, llegamos a Finca
Prusia, donde nos preparamos para empezar a subir caminando, porque, para
llegar al campamento El Triunfo, hay que subir aproximadamente doce kilómetros
caminando.
Al ir subiendo poco a poco, el paisaje va cambiando, primero
pasamos por cafetales: luego, poco a poco el bosque de niebla va ganando
terreno, hay pequeños parches de bosque de pino. y conforme vamos subiendo, se
empieza a sentir un poco de frío. Los paisajes que se ven desde el sendero, son
increíbles, las cimas de los cerros se van acercando cada vez más, o más bien,
tú te vas acercando a la cima.
La vista desde el sendero te quita el aliento... si te queda |
A la mañana siguiente, nos levantamos antes de que amaneciera,
para comer algo y comenzar el monitoreo; que consiste en caminar una distancia
determinada y, si vemos alguna de las tres especies buscadas (Quetzal, Pavón o
Pajuíl) hay que registrar el lugar, y el comportamiento: todo esto aporta datos
para el conocimiento de la especie y acerca de su población.
Dentro del bosque de niebla hace frio y está muy húmedo, el
agua escurre desde las copas de los enormes árboles que hay aquí, los
Grey-breasted Wood-wren están cantando con fuerza, de hecho se escuchan varios
individuos, pero no hay mucho más, el bosque está muy silencioso. Pero al
seguir avanzando, empiezan a aparecer las aves; de repente aparece un
Spectacled Foliage-gleaner, buscando su comida cabeza abajo entre las hojas,
también hay Clarines Jilgueros cantando, un Becard que no se deja ver muy bien
y por allá trepa un Spotted Woodcreeper: pero todavía no hay rastros de las
aves que buscamos.
Cuando ya llevamos dos kilómetros caminados, escuchamos al
Pavón: hace un sonido verdaderamente extraño, cómo cuando soplas por el cuello
de una botella, unas siete veces: es un sonido de muy baja frecuencia, que
incluso se puede confundir con el batir de alas de un colibrí, pero ahí estaba,
era definitivamente un Pavón, tomamos los datos de donde lo habíamos escuchado,
lo intentamos ver, pero es un ave muy sigilosa, y probablemente esté lejos: no
lo encontramos.
Así que seguimos caminando para completar el transecto, para
ese momento, ya hace calor dentro del bosque, de repente pasan zumbando los
Green-throated Mountain-gem, que se alimentan del néctar de las flores de
algunas bromelias, aparte hay algunas orquídeas en los árboles, musgos
cubriendo todos los troncos, un Pavón muy quieto, unas cuantas lianas… ¡espera
un momento! Ahí está el ave que buscamos: es un inmaduro, no tiene muy largo el
cuerno rojo que caracteriza a la especie, todavía le falta crecer. Estamos tan
concentrados en observarlo, que no nos damos cuenta que también hay otro Pavón escondido:
es la madre del inmaduro, ella se acerca, y de da de comer. La observación de
estos comportamientos es muy importante, en parte porque no se sabe mucho de
los pavones y porque cada observación que se hace de ellos, es potencialmente,
un dato no conocido.
Lentamente las aves se van alejando, son muy tranquilas y se
toman todo con mucha calma, a pesar de que hay unos cuantos humanos observándolas,
nos hemos encontrado con ellas casi al final del recorrido, por lo que acabamos
de recorrer los últimos metros que faltan y regresamos al campamento.
El pavón cornudo (Oreophasis derbianus) |
¡Y los Pavones continúan su cortejo sobre nuestras cabezas! Y
se van moviendo lentamente hacia adentro del bosque…
(esperen por la segunda parte)
No hay comentarios:
Publicar un comentario